

En los momentos difíciles, cuando su hermana Wii está siendo operada a corazón abierto, allí está ella, la Nintendo DS, ofreciendo su apoyo y dando ánimos al cirujano, que por cierto estuvo a puntito de convertir su maravillosa consola de última generación en un ladrillo inútil (o más bien en un azulejo de cuarto de baño).
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